sábado, 24 de abril de 2010

Una de cal y una de arena...

Hace días que ando con ese dicho en la cabeza... Me he puesto a pensar qué significa para la gente en general, pero particularmente qué significado quiero atribuirle yo específicamente.
En cierto modo, debo admitir que muchas veces lo he usado sin ponerme a analizar si efectivamente conocía la connotación que estaba detrás.
Es así, que se me ocurrió buscar su significado en internet y preguntarle a mi padre para qué se usa la cal y la arena en la construcción.
Después de esta búsqueda de información, llegué a la conclusión de que no tiene un significado único y que de última, cada uno decide cómo aplicar ese dicho a sus circunstancias particulares.
Para mí, el dicho "una de cal y una de arena" significa que en la vida ocurren cosas positivas y otras no tan positivas (hay quienes dicen cosas buenas y malas, pero sin quedar claro cuál es cual, es decir, de la cal y la arena, cuál es la buena y cuál es la mala). Respecto a esto último, todo depende del contexto: cosas que pueden ser "buenas" para unos, son "malas" para otros; circunstancias que llenan de "alegrías" a unos, traen "tristezas" a otros. Todo depende del cristal con el que se mire y la situación en la que se esté en ese momento.
Pero en realidad esas cosas son, las que a la larga, permiten ir construyendo una vida sólida. Obviamente que, estableciendo un paralelismo con la edificación de una casa, se requiere asimismo de otros componentes (ladrillos, cemento, agua, etc.) para que la construcción sea fuerte y no se destruya ante la primera tormenta.
Como la vida misma, se requiere de diversos ingredientes, que presentados solos pueden tener determinadas propiedades (la arena por sí misma es muy frágil, no tiene cohesión); al conjugarlos con otros elementos, adquieren características singulares (como ejemplo, al usar conjuntamente cal y arena, tratando previamente la primera con agua, se obtiene un sustancia factible de ser usada para un revestimiento fino de las paredes).
Así, las cosas positivas y las no tanto, son las que habilitan el crecimiento personal de cada uno, saborizando el día a día, siempre y cuando uno sepa extraer el aprendizaje de cada circunstancia. Ello, conjugado con los valores, la amistad, el cariño, entre otros, dejan en nosotros los elementos necesarios para la construcción de una vida sólida, estable, con los cimientos necesarios para continuar una edificación piso tras piso.

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