lunes, 26 de abril de 2010

Cómo explicar...

Hay veces que es complicado explicar en palabras (y escritas puede ser aún peor, aunque me jacto de considerar que me expreso mejor a través de este medio, que mediante el lenguaje oral), las sensaciones que uno tiene en un momento determinado.
Es así, que lo de la entrada del viernes no fue un enorme reproche a la vida. Al contrario, doy gracias a Dios día a día por todas las cosas que tengo y también por las que no tengo; por los momentos buenos y también por los no tanto; por las alegrías y por las tristezas; por cada sonrisa y por cada lágrima; y podría seguir...
Sé que he sido agraciada con muchas cosas, sé que tengo más que muchos, y también sé que tengo menos que otros. Pero ese no es el punto, puesto que no es posible establecer paralelismos entre vidas totalmente distintas.
Cada uno lleva los zapatos que puede calzar, o en el decir cristiano, cada uno carga con su cruz. Y no es que la mía sea más grande ni más chica que la de otros (más pesada o más liviana que la de los demás); no es posible compararlas.
Cada individuo es determinado (aunque no en forma absoluta) por sus circunstancias objetivas de existencia y por las decisiones que tome en el camino de la vida; por lo cual, cada quien vive la vida que tiene que vivir, que decidió vivir, o que le tocó vivir. El tema es qué hace con ello y cómo "explota" las posibilidades u oportunidades que se le presentan.
Pero me estoy yendo por las ramas. Lo que yo intenté transmitir el viernes, y que fue un momento particular en el que me sentí así, es que no estoy disfrutando de las cosas que la vida me brinda día a día, por estar inmersa en obligaciones, responsabilidades, plazos, tiempos, corridas, compromisos, etc. Y que me gustaría huir de todos esos marcos, que en cierto modo "me encarcelan", para poder ser un poquito más libre y tener los tiempos necesarios para deleitarme en actividades de las cuales hoy estoy alejada.
De ahí, que eso haya sido un momento, como tantos en la vida, que me ayudan a crecer.

domingo, 25 de abril de 2010

Dos ranas en el hoyo...

Transcribo textualmente una entrada que encontré en otro blog en Internet.
Fue escrito por una persona con la que tuve el placer de estar en contacto años atrás.

"Un grupo de ranas viajaba por el bosque y de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo.Cuando vieron cuán hondo era el hoyo, le dijeron a las dos ranas que, para efectos prácticos, se debían dar por muertas. Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras ranas seguían insistiendo en que sus esfuerzos serían inútiles. Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió. Ella se desplomó y murió. La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible. Una vez más, la multitud de ranas le gritaba que dejara de sufrir y simplemente se dispusiera a morir. Pero la rana saltó cada vez con más fuerza hasta que finalmente salió del hoyo.
Cuando salió, las otras ranas le preguntaron: ¿No escuchaste lo que te decíamos? La rana les explicó que ella era sorda, y pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más y salir del hoyo.
Ésta historia contiene dos lecciones:
1. La lengua tiene poder de vida y muerte. Una palabra de aliento compartida a alguien que se siente desanimado puede ayudar a levantarle y finalizar el día.
2. Una palabra destructiva a alguien que se encuentre desanimado puede ser lo que acabe por destruirlos.
Tengamos cuidado con lo que decimos. Hablemos de vida a aquellos que se cruzan en nuestro camino. El poder de las palabras es tanto, que a veces es difícil de comprender que una palabra de ánimo pueda hacer tanto bien. Cualquiera puede hablar palabras que roben a los demás el espíritu que les lleva a seguir en la lucha en medio de tiempos difíciles, en especial, es el individuo que se da tiempo para animar a otros".

Autora: Linda Edith. Puerto Rico.

Fuente:
http://iglesia-evangelica-la-paz.blogspot.com/2008/03/dos-ranas-en-el-hoyo.html

Las oportunidades...

Una vez alguien me dijo: "Las oportunidades son como un pelado con flequillo: cuando vienen de frente las podés agarrar, pero cuando pasaron, manoteás, manoteás, y no lográs agarrar nada".
De las oportunidades, hay algunas que se presentan de la nada, mientras otras son puestas a disposición por personas que ni te imaginás. Eso es lo que me ha pasado con mi actual actividad laboral.
La oportunidad de llegar allí se me presentó a través de una amiga (a quien yo en ciertos aspectos veo como un ángel, porque tiene una calidez humana excepcional, siempre sonriente, con palabras de ánimo para brindar, disfrutando de la vida en una forma increíble); nunca me hubiese imaginado que esa personita especial me iba a abrir esa puerta, no por nada en particular, sino tan solo por el hecho de que en la sociedad actual en la que vivimos, la gente no suele ser demasiado solidaria en temas de trabajo (o al menos con la que yo me había cruzado hasta ese momento). Sí mucha gente te puede comentar de que salió tal o cual llamado, que precisan gente en este otro lado, pero poner la cara en recomendarte en su propio ambiente de trabajo, eso es muy raro!!!
Y así pasó el tiempo, hasta el momento en que me comunicaron que iba para ese lugar. Obviamente, ahí surgen los cuestionamientos propios de todo cambio (referencias a esto pueden encontrar en otras entradas, no voy a repetir), pero era una oportunidad de mejorar, así que con bolsito en mano aparecí en ese nuevo lugar.
Haciendo uso del sentido común (por supuesto, teniendo presente que es el menos común de todos los sentidos), y con "perfil bajo" como dicen, me puse a observar y a ver cómo podía hacer para insertarme en ese grupo de trabajo, que más adelante iba a comprender que está compuesto por personas muy especiales en diversos aspectos, a las cuales después de estos años de compartir cosas juntos, he aprendido a querer entrañablemente.
No pasó mucho tiempo (al punto que puedo decir que no pasó un sólo día en el que me sintiera perdida), que ya me estaban brindando señales de apertura para que me integrara. Siendo totalmente sincera, al principio me sonó un poco raro, no estaba acostumbrada a gente así, hacía mucho tiempo que no me integraba a un lugar donde el "nuevo" fuera bien recibido. Al contrario, yo ya estaba con la guardia bien alta esperando el primer sablazo.
Pero pasaron los días, las semanas, los meses y los años, y siguen siendo igual, no han cambiado para nada.
Como el primer día, en la mañana tempranito está el tango a todo volumen, el mate calentito, las charlas enriquecedoras, algún cuento de la salida del día anterior, acompañado de unas galletitas o lo que pinte en la vuelta (pero por poco tiempo porque engordan y hay que empezar el gimnasio -un año de estos jeje), intercalado con alguna actividad laboral menor, como revisar los correos (o aunque sea prender la máquina, jiji). Así pasa el rato y un poco más tarde, llega el saludo cariñoso e integrador del día, cuya energía nos contagia a todos y nos ponemos las pilas para encarar la jornada.
Y así entre el trabajo, algún mate caminante, alguna charla cortita, algún cigarrito de vez en cuando, transcurre la jornada laboral, entre los que hoy siento amigos.
No tengo más que agradecimientos por las diversas oportunidades que la vida me ha dado, por las laborales, las profesionales, pero principalmente las humanas: agradecer por la posibilidad de cruzar caminos con gente tan hermosa, que de muy diversas formas, y cada uno en su particularidad, me brinda en el día a día cariño, apoyo, comprensión, escucha y la oportunidad de crecer no sólo en lo profesional (que es mucho), sino en lo personal (que es muy importante).
Gracias por enseñarme cada día a ser un poquito mejor.

Más vale malo conocido que bueno por conocer...

Hoy parece que estoy para los dichos...
Este en particular me lleva a pensar en cosas muy diversas: desde conformismo, hasta seguridad, inmovilidad, miedo a lo desconocido, saber los "bueyes con los que se ara" (salió otro dicho, jeje), escasez de espíritu aventurero, entre otros.
Ahora, me pregunto, si es "malo", ¿por qué seguir aferrado a lo mismo?
Y creo que las respuestas ya las puse más arriba...
Es malo, pero es lo que hay (conformismo).
Es malo, pero se sabe dónde se pisa (seguridad).
Es malo, pero no sé cómo salir de eso (inmovilidad).
Es malo, pero existe la incertidumbre de cómo será lo nuevo, ¿me gustará?, ¿me sentiré bien?, ¿será lo que quiero? (miedo a lo desconocido).
Es malo, pero sé lo que puedo esperar, no van a existir mayores sorpresas (saber los "bueyes con los que se ara").
Es malo, pero no me gusta la sensación de no saber a qué me voy a enfrentar, qué voy a encontrar (escasez de espíritu aventurero).
Creo que todo cambio en la vida, genera una sensación que de cierta forma nos lleva a pensar en ese refrán.
Todo cambio implica una decisión, y toda decisión deja incertidumbres; tiempo después lleva a los famosos "si hubiera..." (si hubiera hecho esto, en vez de lo que hice, ¿qué hubiera pasado?, ¿cómo sería mi vida?, ¿cómo sería yo actualmente?).
Siempre cuando decidimos, hacemos opciones, ganamos determinadas cosas y perdemos otras (pero siempre hay de las dos, eso es lo rescatable y lindo).
Creo que una vida sin riesgos, es una vida sin emociones. Hay que dejarse llevar un poquito, permitirse vivir y sentir cosas distintas, atreverse a dar un paso en falso, desestructurarse, romper con la rutina, disfrutar...

sábado, 24 de abril de 2010

Una de cal y una de arena...

Hace días que ando con ese dicho en la cabeza... Me he puesto a pensar qué significa para la gente en general, pero particularmente qué significado quiero atribuirle yo específicamente.
En cierto modo, debo admitir que muchas veces lo he usado sin ponerme a analizar si efectivamente conocía la connotación que estaba detrás.
Es así, que se me ocurrió buscar su significado en internet y preguntarle a mi padre para qué se usa la cal y la arena en la construcción.
Después de esta búsqueda de información, llegué a la conclusión de que no tiene un significado único y que de última, cada uno decide cómo aplicar ese dicho a sus circunstancias particulares.
Para mí, el dicho "una de cal y una de arena" significa que en la vida ocurren cosas positivas y otras no tan positivas (hay quienes dicen cosas buenas y malas, pero sin quedar claro cuál es cual, es decir, de la cal y la arena, cuál es la buena y cuál es la mala). Respecto a esto último, todo depende del contexto: cosas que pueden ser "buenas" para unos, son "malas" para otros; circunstancias que llenan de "alegrías" a unos, traen "tristezas" a otros. Todo depende del cristal con el que se mire y la situación en la que se esté en ese momento.
Pero en realidad esas cosas son, las que a la larga, permiten ir construyendo una vida sólida. Obviamente que, estableciendo un paralelismo con la edificación de una casa, se requiere asimismo de otros componentes (ladrillos, cemento, agua, etc.) para que la construcción sea fuerte y no se destruya ante la primera tormenta.
Como la vida misma, se requiere de diversos ingredientes, que presentados solos pueden tener determinadas propiedades (la arena por sí misma es muy frágil, no tiene cohesión); al conjugarlos con otros elementos, adquieren características singulares (como ejemplo, al usar conjuntamente cal y arena, tratando previamente la primera con agua, se obtiene un sustancia factible de ser usada para un revestimiento fino de las paredes).
Así, las cosas positivas y las no tanto, son las que habilitan el crecimiento personal de cada uno, saborizando el día a día, siempre y cuando uno sepa extraer el aprendizaje de cada circunstancia. Ello, conjugado con los valores, la amistad, el cariño, entre otros, dejan en nosotros los elementos necesarios para la construcción de una vida sólida, estable, con los cimientos necesarios para continuar una edificación piso tras piso.

viernes, 23 de abril de 2010

Prioridades...?

Hoy me puse a reflexionar ¿qué establezco como prioridades en mi vida? ¿A qué le doy importancia en el día a día?
En realidad, se puede decir que no me puse a reflexionar nada, directamente me entró el bajón...
Producto del cansancio, de una semana movidita, de la rutina, de nada, o de todo junto, salieron estas líneas a la llegada a la facultad, luego de salir del trabajo...
Y surgieron estas líneas que las escribí en una cuadernola (porque no tenía un PC a mano, jeje), que después de: una clase de dos horas (en las cuales ya es costumbre que cabecee bastante, pero la profe ya lo asumió: es viernes!!! jeje), caminar a casa, merendar, dormir una siestita de 45 minutos, salir al frío nuevamente para ir a facultad caminando, una clase de hora y media (sin mate porque mi compañera se rateó con la "excusa" de hacer de "azafata" a las 5 de la mañana!!! más vale no preguntar con quién se va de "paseo" a esa hora a Colonia), y del regreso congelante nuevamente en el 11 (pero que despierta a un muerto, porque no hay quién resista a pie estas temperaturas a esa hora de la noche!!!), (retomando el inicio de la frase) ya no sabía si ponerlas o no en el blog porque las perspectivas cambian tras unos minutos de sueñito y de tomar un poco de fresco. Pero como me prometí no autosensurarme, aquí van...
Es muy lamentable lo que voy a decir, pero me he dado cuenta que últimamente no estoy disfrutando de casi ninguna de las cosas que hago.
Estoy cansada!!! ¿De qué? Estoy cansada de no tener tiempo para "vivir" (soy plenamente consciente que esta crisis existencial es muy típica en mí al comienzo del año luego de la semana de turismo, pero es la primera vez que la escribo; sé que surge cuando empieza el año con todo y se vienen las fechas arriba, porque quiero huir!!! pero no puedo, ya me metí en el baile, ahora a seguir bailando; así como también sé que yo solita me autopresiono, me autoexigo hasta reventar, pero lo que hago, me gusta hacerlo bien, con excelencia, eficacia y eficiencia, de lo contrario no soy yo y más vale que no haga nada).
Y ya sé Juancito que todas las cosas que hago forman parte de la vida, pero el tema es que no las estoy disfrutando y no tengo ganas de hacerlas (las hago porque no tengo otra, por obligación, por responsabilidad, por compromiso conmigo misma y con los demás).
Me he dado cuenta que estos días tengo ganas de no hacer nada, de no tener preocupaciones, de no tener responsabilidades, de no tener fechas, plazos, tiempos, etc. De no tener 1000 fotocopias arriba del escritorio para leer!!!
Tengo ganas de tener una vida, es decir, tener tiempo para mirar TV, jugar, pasear, compartir, mirar una película, salir y otros; tengo ganas de tener una vida por fuera de la facultad, el trabajo y las obligaciones que a todos nos tocan. Hoy por hoy no tengo vida fuera de eso.
Tengo ganas de estar feliz porque disfruté de un asado y acompañamientos (obvio que la checha no puede faltar), y no de estar feliz porque logré leer uno de los 12 autores que tengo que estudiar antes del 7 de mayo; o estar contenta por una tarde de mate y charla, y no solamente porque logré realizar el trabajo que tenía que hacer sin meter la pata.
Quiero estar feliz por cosas más profundas, que me llenen realmente, y no por cumplir como es socialmente adecuado y esperable con mis obligaciones y responsabilidades a todo nivel.
Más allá, y creo oportuna la aclaración, de que esas cosas del día a día -llámese responsabilidades, trabajo, facultad, etc.- me dan muchas y grandes satisfacciones en diversos aspectos, entre ellas la posibilidad de conocer y compartir momentos con gente grandiosa, recibir y dar cariño, compartir unos mates y unas charlas, hacer catarsis, aguantarnos la cabeza, aprender y crecer como persona, etc., etc.
Pero me gustaría descontextualizar esos hechos del marco institucional, organizacional, social, en el que se dan y ser, si se puede decir así, un poquito más "libre" y tener una vida "normal" (¿vida normal?, ¿quién tiene una vida normal?, ¿qué es una vida normal? si alguien sabe dónde se puede comprar una y que viene con garantía infinita, que me avise!!!).
Como es apreciable, tengo un gran conflicto arriba, pero qué se le va a hacer, hoy me siento así, mañana será otro día...

sábado, 17 de abril de 2010

Libros...

Hoy me puse a estudiar y me surgió la necesidad de buscar algunos libros para ver si estaban disponibles en formato digital en algún lugar de la web.
Ahí me acordé que tenía unos enlaces guardados, así que decidí compartirlos con ustedes y, ya de paso, dejarlos todos juntos organizaditos en algún lugar.
Están en la derecha, bajo la etiqueta "Otros sitios de interés" y comienzan con las palabras "Libros gratis".
La mayoría son sitios web que permiten acceder a los libros en forma gratuita, pero algunos tienen las dos modalidades: el poder descargarlos en forma libre o adquirirlos.
Hay de todo un poco y para todos los gustos... Espero les sirva...

martes, 13 de abril de 2010

Martes 13...

Yo no soy supersticiosa, ni creo en la mala suerte, más allá de que estuvimos bromeando en el trabajo por determinados sucesos inesperados propios del diario vivir, relacionándolos con el día que era.
Y es así, que en el día hoy recibí una hermosa noticia, que me llena de orgullo, satisfacción, felicidad, etc., etc., etc.: que mi hijo fue seleccionado por la institución educativa a la que concurre, como abanderado (debo admitir que este hecho me ha convertido nuevamente, como en otras oportunidades, en una madre babosa, jejeje).
Y no es que me sienta así por soberbia o cuestión similar; considero que lo que siento es una gran alegría porque él ha puesto el empeño necesario en el día a día (aunque sé que puede dar más, pero ha encontrado su equilibrio y lo acepto), para merecerse un reconocimiento así; nadie le regaló nada, ni se acomodó, ni hizo complot, ni es una cuestión de plata, ni es alcahueterío; él se lo ganó.
Es algo así como una forma de ver plasmado, a través de la mirada de un actor externo y en un logro concreto, el esfuerzo, empeño, dedicación y lucha de tantos años.
Pero lo que más contenta me pone, es que veo reflejada en la carta enviada por la Institución, ciertos valores que le he tratado de inculcar: siempre le he dicho que me encanta que sea buen estudiante y que tenga notas altas, pero para mí lo fundamental es que sea buena persona; si esta última va acompañada de la primera, mejor (la comunicación del colegio dice que ha sido seleccionado "en mérito a sus atributos personales, tanto académicos como humanos").
FELICITACIONES HIJO!!!

sábado, 10 de abril de 2010

Mi madre y sus tucos...

Mientras estaba "tratando" de concentrarme en estudiar encerrada en mi cuarto, de repente empecé a percibir un exquisito aroma proveniente de la cocina.
El olor que sentía era conocido y me indicaba que mi madre estaba cocinando uno de sus tucos "domingueros" (aunque hoy es sábado). Esto producto de una mezcla de tradiciones y costumbres de dos personas con crianzas y ascendientes de diferentes orígenes. Mi madre nacida y criada en el interior, donde la comida de olla es cosa común. Mi padre, proveniente de una familia típicamente italiana, donde la pasta nunca puede faltar en la mesa un domingo al mediodía (aunque en casa no se da tan así y tenemos ciertas épocas; se podría decir que vamos cambiando para no aburrirnos).
Dicho aroma no sólo hizo que me trasladara mentalmente en el tiempo, al recordar ciertas cosas de la niñez, sino también físicamente, puesto que en menos de lo que se imaginan terminé en la cocina. Ello debido a que es una "costumbre" (quizás transmitida generacionalmente, puesto que mi madre siempre me cuenta que ella hacía lo mismo con mi abuela), que yo pruebe el "juguito" de ese tuco a medio hacer varias veces durante su cocción y que además me "lleve prestado" un choricito en un pedacito de pan (si mi madre anda en la vuelta, son dos los pedacitos que se van, pero hoy fue a "escondidas", ya que ella se había acostado a mirar TV mientras el tuco se cocinaba por lo menos por una hora y media; igual si me pescaba tenía la excusa perfecta de que lo estaba revolviendo y cuidando, jejeje).
Está bueno hacer ciertas travesuras de grande!!! y también recordar las picardías de la niñez... jejeje
Y además, como pueden ver, cualquier excusa sirve para alejarse de los libros por un rato...

Cómo se hace...?

Me encantaría saber cómo se hace para estudiar cuando no se tienen ganas.
¿Cómo hace uno para poder recibirse sin estudiar?
No es tampoco lo que pretendo, pero tengo que ponerme a tiro con la facu y en realidad hoy me gustaría no hacer nada, irme a la rambla a tomar mate, mirar TV, pasear, mirar una película con mi hijo, o lo que sea, menos estudiar.
Todavía no encontré las respuestas a las preguntas antes planteadas, aunque he pensado en diversas alternativas...
Una de ellas podría ser convertirme en una de esos tantos "chupa ruedas": así le llamamos a aquellos "compañeros" de la facultad, que nadie entiende cómo llegaron hasta ese punto de la carrera, pero ahí están, uniéndose a grupos de trabajo obligatorios para aprobar determinadas materias, sin comprometerse con nada y llevándose a fin de año la nota de arriba, mientras otros hacemos el trabajo de ellos, nos rompemos el alma todos días, nos estresamos, dejamos de lado nuestras familias y vidas por seguir, tratando de buscar el mejor "equilibrio" (o el menor desequilibrio posible) entre trabajos, hijos y estudios. Y lo peor es que encima se enojan porque sos muy exigente, o después no te saludan, o te los encontrás y te preguntan "¿qué hacés en la facu?, porque yo ya terminé de cursar todo y estoy preparando la tesis". Sí, yo también, si me hubiese colgado de otros, ya estaría por recibirme o recibida.
Me pregunto, ¿esa gente no tiene vergüenza?
Y encima, a veces hasta los docentes ayudan, cuando te dicen que si tenés problemas sin resolver de trabajo dentro del grupo, te bajan la nota; o cuando gente que debería haber perdido la materia por faltas porque casi nunca fue a clase, o aquellos que abandonaron la materia, los salvan con la misma nota que vos, que estuviste gran parte del verano juntándote para entregar en tiempo y forma.
Pero bue, como hemos hablado en más de una ocasión con distintas amigas, para ser así tendríamos que nacer de nuevo, cuestión que es imposible. No sabemos ni podemos ser "chupa ruedas".
Luego de este pequeño desagote, voy a intentar seguir estudiando... jejeje

Y después viene la persecuta...

No sé a ustedes, pero a mí me pasa que después que digo o escribo algo (como ser por este medio), después me viene la persecuta respecto a ello.
Y ahí es donde me entro a cuestionar, según el caso, si es correcto haber dicho esto o aquello; si fui o no grosera, cruel o dura con lo que dije; si expone demasiado el cómo soy (es decir, si me deja vulnerable); cómo se lo tomarán los demás; qué pensarán de mí; etc., etc., etc.
Sí, yo me cuestiono todo eso.
Por eso fue que decidí, que en este espacio que es para mí (para expresarme, mostrar otras facetas, compartir mis gustos, etc.) y para ustedes (para que lo disfruten y de paso me conozcan un poquito más), iba a tratar de publicar las cosas tal cual las sentía en el momento, evitando eliminar entradas por la persecuta posterior que pudiera aparecer.
Hasta ahora lo he logrado!!! jejeje.
Por lo tanto, lo que está escrito es parte de lo que soy.

viernes, 9 de abril de 2010

Chile 2...


Como les comentaba antes, me encanta Chile.
Esto más allá de su gente que es súper cálida, de su forma de hablar muy particular que no me canso de deleitarme al escucharlos; me fascina Chile por sus volcanes, la cordillera, los lagos, las caídas de agua, en general, por el magnífico espectáculo que brinda a los ojos de una citadina de un país de medianías.
Por eso, acá van más fotos...
Para mí son verdaderas postales de un lugar maravilloso.














Frases...

Como todo, existen las clásicas frases, las cursis, la que no te dicen nada y las que te aportan mucho...
De estas últimas, cuando uno se pone a reflexionar se da cuenta que, ya sea que entren dentro de las clásicas, de las cursis, que hablen de cosas comunes o no, son bien ciertas.
Veamos una: siempre que llovió, paró. Otra similar: siempre después de la tormenta, sale el Sol.
Son cosas de la vida misma... ¿o no?
Pero también es cierto que al mirarlas como una metáfora, y aplicándolas a las circunstancias personales de cada uno, son totalmente coherentes con lo que nos suele suceder.
Cuando estamos en medio de situaciones complicadas (en el ojo de la tormenta, el huracán, el tornado, o lo que cada uno en su imaginación se construya), vemos todo negro, se viene todo abajo, se termina el mundo, no hay salida ni solución posible...
Ahora, después que dejamos pasar un tiempo, tomando la distancia suficiente de los hechos, observamos que una vez que la tormenta se alejó y las nubes se fueron diluyendo en un horizonte que muestra los primeros rayos de un nuevo amanecer, las cosas se ven distintas, incluyendo aquellas que nos llevaron a estar en esa situación.
Es así que la vida cambia, el Sol alumbra nuestros pasos, vemos con claridad las soluciones, encontramos la salida... La tormenta se observa de lejos, con un cristal distinto, mientras los sueños de un nuevo día comienzan a cobrar fuerza, brindando otras esperanzas...
Y a veces hasta nos regala un arcoiris como el de la imagen...
La fuente de la foto es una diapositiva que me pasaron.

Y llegó el viernes...

Al fin puedo ponerme al día un poquito con este espacio.
Ganas de escribir no faltaron; faltó tiempo!!!
Todo no se puede, quiero un día de 72 horas!!!

martes, 6 de abril de 2010

Me gustaría...

Parece que este año con mi hijo lo empezamos "metiendo la pata" (esto es una metáfora, y aquellos que saben lo que nos ha sucedido, entienden a qué me refiero).
Y bueno, que una la meta de adulta, con conocimiento de causa y de consecuencias, vaya y pase, ya se es grande para afrontar todo lo que venga detrás de cada decisión.
Pero cuando se es adolescente, uno hace las cosas sin pensar para nada en qué va a suceder después; se vive el momento y punto.
De ahí viene el título de esta entrada, y está relacionado a cómo me gustaría poderlo proteger para que no "meta la pata", para que nadie lo lastime ni él lastime a nadie, para que su vida sea "perfecta", para que nunca le falte nada, para guiarlo a tomar buenas decisiones, para evitar que se dé la cabeza contra la pared, para avisarle de todas las consecuencias posibles que puede tener cada acción que realice...
Me gustaría verlo siempre con una sonrisa en el rostro, sin preocupaciones, sin sufrimientos, sin malos humores, sin lágrimas en los ojos, viviendo una vida de felicidad plena, donde todo se le tornara fácil…
Eso es lo que como madre me gustaría.
Pero la vida no es así; yo simplemente puedo guiarlo y tratar de brindarle mi mejor ejemplo.
Porque si todas las utopías anteriores fueran posibles, lo único que le estaría dando es una vida aburrida y le promovería el no crecer, puesto que para mí es claro que uno va madurando en la medida en que va aprendiendo y aprehendiendo de las experiencias de la vida. Más se crece en la medida en que uno es consciente de las consecuencias de sus actos (y se hace cargo de ellas, enfrentándolas), de que la culpa no es de otro, de que siempre hay que lucharla para salir adelante porque las cosas cuestan y nadie te las regala.
Sin embargo, cómo me gustaría protegerlo de todo… pero sé que no es posible y que le estaría haciendo más un mal que un bien.

sábado, 3 de abril de 2010

Queda prohibido...

Otro de mis gustos son las frases célebres y los textos (poemas, relatos, etc.) que me hacen pensar y reflexionar sobre la vida.
Aquí transcribo un poema que es atribuido a Pablo Neruda, pero que en realidad sería una parte modificada de una poesía de Alfredo Cuervo Barrero (yo no tengo ni idea quién es el autor original, simplemente transcribo el texto de un mail que me enviaron hacen un tiempo).

Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarte un día sin saber qué hacer,
tener miedo a tus recuerdos.

Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños.

Queda prohibido no demostrar tu amor,
hacer que alguien pague tus dudas y mal humor.

Queda prohibido dejar a tus amigos,
no intentar comprender lo que vivieron juntos,
llamarles sólo cuando los necesitas.

Queda prohibido no ser tú ante la gente,
fingir ante las personas que no te importan,
hacerte el gracioso con tal de que te recuerden,
olvidar a toda la gente que te quiere.

Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo,
no creer en Dios y hacer tu destino,
tener miedo a la vida y a sus compromisos,
no vivir cada día como si fuera un último suspiro.

Queda prohibido echar a alguien de menos sin alegrarte,
olvidar sus ojos, su risa,
todo porque sus caminos han dejado de abrazarse,
olvidar su pasado y pagarlo con su presente.

Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen menos que la tuya,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.

Queda prohibido no crear tu historia,
dejar de dar las gracias a Dios por tu vida,
no tener un momento para la gente que te necesita,
no comprender que lo que la vida te da,
también te lo quita.

Queda prohibido no buscar tu felicidad,
no vivir tu vida con una actitud positiva,
no pensar en que podemos ser mejores,
no sentir que sin ti, este mundo no sería igual.

Salió y se puso a la compra...

Estoy buscando apto para comprar, así que si se enteran de algo, peguen el grito!!!
Ya sean apartamentos, planes de vivienda, cooperativas construidas, lo que sea!!!
Tomé una decisión y tiene prioridad 1: quiero y voy a comprar el apto a la brevedad!!!

viernes, 2 de abril de 2010

Chile 1...

Aquellos que me conocen, saben la fascinación que siento por Chile. La última vez que fui, fue ampliamente disfrutable puesto que estuvimos con mi hijo recorriendo una parte que queda más hacia el sur del país: Pucón. Ésta es una ciudad que se encuentra a unos 12 km. del volcán Villarrica.
En esta oportunidad quiero compartir con ustedes algunos de los paisajes que disfrutamos. (Continuará en futura entradas...)
(Traté de que las imágenes quedaran puestas de manera coherente, pero es imposible jajaja, así que van así)

Dar un paso atrás...

¿Quién no ha pensado al volver a una situación anterior (depender de otros cuando uno había logrado una independencia; o trabajar en algo que había dejado porque no se sentía a gusto, pero tener que dedicarse a eso porque no hay otra; retornar a vivir en un lugar del que se había ido, etc.), que ha retrocedido, que ha fracasado? No sé a ustedes, a mí me ha pasado.
Una vez una persona me dijo algo que me quedó grabado: “hay veces que es necesario dar un paso atrás para tomar impulso y poder avanzar”.
Nunca más me olvidé de esas palabras, y cada vez que pienso que puedo haber vuelto “con el caballo cansado”, me acuerdo de esa frase y digo: “si es así, no importa, porque estoy tomando impulso para seguir y alcanzar lo que quiero”.

Todo sucede "para" algo...

Al enfrentarnos a determinadas situaciones, generalmente uno tiende a preguntarse “por qué” pasa esto, en este momento y bajo esas circunstancias.
En mi experiencia personal, he aprendido a preguntar “para qué” pasan las cosas, en lugar de “por qué”.
La diferencia de esas dos expresiones (“por qué”, “para qué”), es que una le atribuye causalidad y la otra propósito. Para mí las cosas no pasan por una causa (porque las cosas debían ser así, porque era necesario, porque se veía venir...), sino más bien con un propósito (para crecer, para cambiar, para mejorar...), que muchas veces nos cuesta entender o ver en el momento, y que sólo el tiempo hace posible que quede claro.
En mí, eso refiere a "intentar" (cuestión que no siempre logro) no ver las causas del pasado, sino las perspectivas de futuro.

Nuevo récord...


...16 horas hablando sin parar!!!
¿Ustedes que piensan?, ¿es un récord o no? Jajaja
Pasamos unos momentos muy lindos, conversando, tomando sol, mateando, admirando el paisaje de un jueves hermoso de turismo en la rambla y, por supuesto, dándole a la lengua… jejeje.
Realmente, estuvo impecable!!!


Hay que repetirlo o superarlo!!! jijiji

jueves, 1 de abril de 2010

Qué cierto es...

Un día llegó a mis manos un libro que me fue regalado. Sinceramente, con el escaso tiempo que en ese momento tenía para leer, solamente miré el Prólogo, y allí me encontré con el relato de Haydee que a continuación les transcribo, el cual me hizo pensar sobre muchas cosas:

“Para referirse a un tema determinado debemos estar informados primero y, además estar dispuestos a enfrentarnos a opiniones diferentes a la nuestra. Pero para poder “hablar” de ese mismo tema, se debe contar con las vivencias necesarias que nos da la experiencia.
Yo decidí “hablar” de la discapacidad, de mi discapacidad. Es física, ya que nací con una lesión en la médula espinal y me movilizo en silla de ruedas desde los quince años. A pesar de las dificultades que me tocó vivir, desde pequeña decidí que no me dejaría vencer sino disfrutar de lo que la vida pudiera darme, porque comprendí que perdería el tiempo lamentando lo que no tendría nunca. Y esto no iba a sucederme, porque acepté que mis piernas no caminarían nunca, pero mi cerebro y mi corazón sí lo harían, y por algo sería ¿no?
Lo más importante es no tener miedo a hablar de lo que sentimos, de cómo nos sentimos; sin temor, sin prejuicios. Esto te lleva tiempo y paciencia, pero vale la pena. A pesar de mis limitaciones físicas, a las que me enfrento diariamente, cuento con un trabajo que lo gané con mi esfuerzo y no por lástima. Sé que lo merezco, porque para ello debí presentarme a un llamado público y abierto que se hizo desde la comuna, específicamente para personas con discapacidad, y rendir una prueba de ingreso. Además estoy estudiando psicología. Lo más importante es intentarlo con la esperanza de que lo podés lograr.
Lo que no se puede superar es la discapacidad del corazón, esta no tiene remedio. Porque no se debe tener miedo a decir “te necesito”; por el contrario, hay que permanecer abierto a los demás. Y muchas veces, la discriminación –a la que muchos le temen–, la hacemos nosotros mismos por no dejar que se nos acerquen.
No hay que negarse la posibilidad de disfrutar del amor de quienes nos rodean, de la familia, de los amigos y por qué no, del amor de pareja. Todo lo que uno quiere realmente está a nuestro alcance, solo hay que atreverse a tomarlo. Porque los derechos y obligaciones que tenemos son los mismos que los de cualquier persona, y nuestros sentimientos también. Solamente hay que “hablar”… de ellos.”

Fuente: Revista Dis-CAPACIDAD N° 3. Citado en: Míguez, María Noel (2009): “Construcción social de la discapacidad”. Ediciones Trilce. Montevideo, Uruguay.