sábado, 8 de mayo de 2010

Cerrando ciclos...

Nuestra vida, desde pequeños, está marcada por ciclos: el escolar, el liceal, el universitario; la niñez, la adolescencia, la adultez; nacer, crecer, desarrollarnos y morir; el estudiantil, el laboral; el noviazgo, la convivencia; entre otros.
Y es así, que creo que nos acostumbramos a vivir en ciclos; algunos más cortos, otros más largos, pero todos con un comienzo y un cierre.
Al menos a mí me pasa, que siento la necesidad de cerrar ciclos, de darle un final a las etapas.
Algunas son más fáciles de culminar que otras. En ciertas circunstancias, el darle un fin a un ciclo nos genera determinadas sensaciones: alivio, alegría, tristeza, sorpresa, decepción y demás.
Yo creo que en estos 3 últimos meses he cerrado dos etapas en mi vida. Que me ha costado cerrarlas, sí es cierto; pero que siento un gran alivio y paz interior también lo es.
Me he dado cuenta que me resistía a dar por finalizada una etapa de mi vida, me costó años lograrlo, pero creo haberlo concretado.
Será que uno se resiste a no creer en la gente...; será que uno mantiene la esperanza de que las personas quieren, pueden y van a cambiar auténticamente. Esto último no porque a uno se le ocurra que pase, sino porque la evolución propia de la vida en muchos de nosotros genera reflexiones, cuestionamientos, maduración, crecimiento, cambios...
Pero he descubierto que no a todos nos pasa eso por igual. Hay gente que no está dispuesta a cambiar o que no puede cambiar, porque su vida se detuvo años atrás, se estancaron en algún lugar del tiempo y del espacio, y allí se quedaron.
Suelo ser bastante crítica, cuestionadora y exigente en las acciones del día a día, pero me he descubierto perdiendo bastante "objetividad" con las distancias y el tiempo de por medio.
Será por ello, que mis sentimientos se "distorsionan" con esas dimensiones transversalizando las experiencias, y justifico, perdono y olvido ciertas actitudes o circunstancias, cayendo de vuelta en situaciones similares.
Será que uno quiere guardarse determinados recuerdos y volver a revivirlos si es posible; será que uno no quiere aceptar la "realidad" como se presenta y creer nuevamente en "espejitos de colores" donde no los hay.
Pero es sano cerrar ciclos, cuando los mismos no aportan nada (o lo que aportan es negativo) para nuestro desarrollo como personas, cuando nos traen sufrimientos, cuando nos hacen vivir una vida de mentiras.
Por más que uno intente, es imposible volver atrás; es muy difícil reconstruir una relación (sea del tipo que sea: amistad, de pareja, etc.) tras años de distancia. La gente cambia (o no), las circunstancias son otras, los años pasaron, las experiencias marcaron, y nunca se va a poder volver a la misma situación antaño vivida. No es posible recrear el pasado.
Sólo nos queda cerrar la puerta, dejar atrás lo que atrás quedó y mirar hacia el infinito de posibilidades que tenemos por delante. Cada uno tiene las capacidades para afrontar el futuro, simplemente es animarse.

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