domingo, 28 de marzo de 2010

Lo prometido es deuda...

La primera vez que escribí prometí explicar un poco el por qué del nombre del blog.
Cuando por fin me decidí a crear un blog, quería un nombre que realmente reflejara lo que considero que soy y lo que en parte ha sido mi historia.
Pensé varias opciones, desde el seudónimo que usaba cuando era adolescente para mandar a distintos lugares esos poemas que jamás se publicaron, hasta alguna palabra que reflejara más mis intereses actuales por los temas sociales. Sin embargo, en ninguno de ellos me veía realmente representada.
Fue así que recapitulando un poco en mi vida, algo que siempre ha estado presente es la simbología del ave fénix: ese pájaro mitológico que renace de las cenizas, transmitiendo esperanzas de que se puede volver a empezar cuando todo se cree perdido, cuyas lágrimas son sanadoras, y que es asimismo utilizado por los cristianos en un paralelismo con la muerte y la resurrección de Jesucristo.
Ese nombre sí me representa!!! Al fin lo había encontrado. El por qué, vendrá después... (y aquí dejo otro pendiente para más adelante).
Pero no todo terminó ahí: al tratar de poner "ave fénix" (en español, inglés, húngaro, tanganes, chino, etc., etc., etc., jejeje no fueron tantos), esos nombres ya estaban ocupados; "fénix ave" también. Entonces la búsqueda se centró en agregar alguna palabra, que unida a las anteriores, me siguiera representando, sin caer en nada cursi ni soberbio, puesto que ni ahí de ser todo lo que en realidad el "ave fénix" representa.
Y bue, así llega el final de la historia y queda este nombre: vida de ave fénix. En cierto modo mi vida ha sido así... (pero ya prometí que en otra entrada explicaré por qué).

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